¿A
quién se le hace caso? ¿A la oratoria de funcionarios y voceros oficiales –más los no pocos oficiosos–, o a los indicadores de la propia estructura de gobierno? Lo anterior, porque existe una notoria diferencia entre una y otros en eso que han dado en llamar solidez económica
del país. Entre lo más reciente, por ejemplo, contrasta la oratoria en la convención bancaria (contamos con plena estabilidad macroeconómica
, como dijo el mero mero de Los Pinos) y los reportes institucionales (la desaceleración económica que se reporta de tiempo atrás, aderezada con la pérdida neta de empleo en los últimos cinco meses).
¿Es cuestión de inspiración o de realidad?, porque, por ejemplo, que existan más de 18 millones de niños menores de 14 años (56.3 por ciento de los menores que habitan en el país, de acuerdo con el Inegi) que se encuentran en una situación de pobreza multidimensional, al no tener garantizado al menos uno de sus derechos como son prestaciones sociales, educación, servicios de salud o vivienda digna
, no es precisamente un síntoma de solidez económica
. ¿O sí?
Mientras hacen sus apuestas, va el más reciente análisis (¿Desaceleración o recesión?) del Centro de Investigación en Economía y Negocios del Tecnológico de Monterrey, campus Estado de México, que de entrada advierte que a inicios de 2013 se presentaron reportes que informaban sobre el fin de la desaceleración económica
en México. Sin embargo, el seguimiento puntual y objetivo de las cifras permite confirmar que ello no ha ocurrido y que, por el contrario, la moderación del crecimiento económico va penetrando a otros sectores productivos
.
Para febrero el crecimiento económico fue de apenas 0.4 por ciento, lo que arroja un incremento de 1.9 para el primer bimestre del año, casi la mitad con respecto a las expectativas más positivas planteadas para todo 2013. Evidentemente que ello implicaría alcanzar una recuperación en el resto del año, algo que no ocurrirá a corto plazo. Y la razón es bastante simple: lo que inició en la industria de las manufacturas, producto del menor dinamismo de sus exportaciones, se ha trasladado al mercado interno. El segundo mes del año ha sido crítico, pues la caída de la actividad industrial se vio acompañada por una contracción en el comercio al menudeo, es decir, en la variable que indica si la población aumenta o no su consumo
.
Aunado a lo anterior se observa un mayor letargo en sectores como el de la construcción, lo que incide en otras áreas de la economía. En conjunto ello explica la lentitud que se observa en el comercio al por mayor, es decir, en la compra de insumos que las empresas realizan para su actividad productiva. Adicionalmente se tiene la evidencia que proporcionan las importaciones, particularmente las de maquinaria y equipo. Para marzo se contabilizó una contracción de 7.5 por ciento en la compra de bienes de capital, y de 3.6 en lo que a insumos intermedios se refiere. Esto plantea que el sector de las manufacturas, y en general todo el aparato productivo nacional está dejando de invertir, algo que permite prever una menor producción durante los meses subsecuentes.
Lo descrito impacta al mercado laboral, y muestra de ello es la pérdida neta de empleo registrada en el IMSS para el periodo comprendido entre diciembre de 2012 y marzo de 2013: una merma cercana a 60 mil plazas. Con ello se empieza a configurar un círculo vicioso dañino para la economía y sociedad mexicanas, pues menor empleo implica una disminución en el consumo, algo que afectará a las empresas porque verán una merma en la demanda de sus productos, tanto en el mercado interno como en el externo. Si bien todavía es prematuro pensar que la evolución descrita implica una afectación mayor a la economía, no puede subestimarse que esto ocurre al mismo tiempo que se tiene un problema de pobreza estructural y de mala distribución de la riqueza
.
La volatilidad
financiera es otro factor que juega en contra. Poco a poco los mercados bursátiles se contagian de los malos resultados económicos, de la inestabilidad financiera y de la especulación que prevalece en el mundo, y la mejor muestra de ello es la Bolsa Mexicana de Valores. La inyección de dinero que algunos bancos centrales han realizado no resuelve los desequilibrios, únicamente dilata el desenlace
.
Los acuerdos políticos y las reformas aplicadas en México no están diseñados para enfrentar la desaceleración de nuestro país, es evidente que se requieren nuevas medidas de corto plazo que reviertan las tendencias descritas. En poco ayuda un tipo de cambio sobrevaluado, principalmente porque los recursos financieros que entran al país van a la compra de deuda y la especulación, no a la generación de empleo y riqueza
.
Hasta este momento, lo que puede observarse es que durante el primer trimestre del año México tendrá un crecimiento inferior a 1.5 por ciento, por lo que la tarea del gobierno será la de promover acuerdos y medidas que eviten que esto se mantenga para el resto de 2013. De no ser así el PIB se saldrá del escenario previsto por las autoridades provocando mayores problemas en lo que a desocupación y pobreza se refiere
.
Los efectos de la desaceleración pueden complicar, aún más, la frágil situación que enfrenta el mercado laboral. Las cifras reportadas por el Instituto Mexicano del Seguro Social muestran un panorama poco alentador. Si bien en lo que va del sexenio el número de trabajadores permanentes se ha incrementado, el aumento sólo es de 0.08 por ciento, en tanto que el número de trabajadores eventuales urbanos para el mismo periodo disminuyó en 71 mil 58 personas.
Por entidad federativa, sólo cinco de ellas presentan una variación favorable en cuanto a trabajadores eventuales urbanos en lo que va del sexenio; el resto se encuentra en terreno negativo, destacando el Distrito Federal (-15 mil 230), estado de México (-11 mil 141) y Tamaulipas (-6 mil 295), con casi la mitad de las pérdidas. En cuanto a los trabajadores permanentes, el escenario es más heterogéneo, ya que 50 por ciento de las entidades presenta variaciones negativas, siendo el estado de México (-13 mil 635), Michoacán (-6 mil 997) y Chiapas (-4 mil 953) los casos más significativos.
En fin, como se observa, realidad mata discurso.
Las rebanadas del pastel
Gracias a que la nena Andrea Benítez (Lady Profeco) puso a parir al gobierno federal (Los Pinos, Función Pública, Economía y las que se acumulen), algunos ilusos dicen en la radio que en materia de nepotismo ¡regresó el pasado!
, cuando en realidad nunca se fue. ¿No recuerdan a los nenes Bribiesca Sahagún y bebesaurios por el estilo?... Un abrazo de mi tamaño para la dueña de mi sistema nervioso, con motivo de su aniversario.
cfvmexico_sa@hotmail.com
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