L
a semana concluye con el barril mexicano de exportación a 39.70 dólares, el de los combustibles a un precio casi cuatro veces superior y el billete verde a 14.90 bilimbiques, aderezado todo ello con nuevas promesas gubernamentales (en realidad son las mismas desde tiempos de la campaña electoral, que se manosean una y otra vez) que el sempiterno anuncio del futuro promisorio
, por mucho que desde ya la geniocracia exhiba la tijera y advierta sobre la inminencia del recorte presupuestal.
Tan sólo en lo que va del presente año el precio del barril mexicano se ha depreciado cerca de 14 por ciento (a un nivel equiparable al registrado en enero de 2009, en pleno zarandeo por la crisis del catarrito
), y todo indica que la volatilidad pasajera
llegó para quedarse. A estas alturas, y con el tipo de cambio de ayer, el litro de petróleo crudo mexicano de exportación se vende en aproximadamente 25 centavos de dólar, pero ya refinado los consumidores autóctonos de gasolinas y diésel lo pagan a 97 centavos, pero la buena noticia
(Videgaray dixit) es que en 2015 no habrá otro aumento a los combustibles, aunque la puerta está abierta de par en par.
En el primer año de EPN en Los Pinos el crecimiento
económico a duras penas llegó a 1.1 por ciento; en el segundo rondará el 2 por ciento y en el tercero quién sabe, al ritmo que van las cosas. De acuerdo con la versión oficial, la economía mexicana es equiparable a un lujoso Ferrari de última generación
, con un experimentadísimo piloto listo para recorrer velozmente la carretera del progreso. La realidad, en cambio, si bien va, la compara con una bicimoto en la que a duras penas ronronea el motor, con muy pocos caballos de fuerza, incluidos los del conductor, las llantas ponchadas, en empinadísima subida y en medio de una severa tormenta que no tiene para cuándo acabar. ¿Con cuál de las dos versiones se quedan?
Lo anterior y algunas cosas más motivan al Centro de Investigación en Economía y Negocios (CIEN) del Tecnológico de Monterrey, campus estado de México, a concluir que los pronósticos de crecimiento superiores a 3.5 por ciento para 2015 podrían resultar demasiado optimistas
, tal cual lo fueron en los años previos cuyos resultados concretos se cuentan entre los peores de las últimas tres décadas. Pero aún con el mejor de los resultados, el promedio de crecimiento
sería igual de mediocre que el reportado en 30 años (2 por ciento, si bien va).
El citado centro de investigación señala que la volatilidad
interna y en los mercados internacionales observada durante los últimos meses del año pasado ha persistido en los primeros días de 2015. Si bien se espera que el crecimiento económico de nuestro país sea más elevado durante este año, de prolongarse la incertidumbre sobre todo en materia de tipo de cambio y en el precio del petróleo
cancelan cualquier posibilidad de que el pronóstico oficial se concrete (3.9 por ciento para el presente año).
La devaluación del tipo de cambio favorece, en cierta medida
, al sector exportador de nuestro país ya que los productos nacionales resultan más atractivos en el extranjero por el menor precio. Sin embargo, estos beneficios
se ven contrarrestados por las importaciones de los insumos utilizados para la producción, cuyo costo resulta más elevado para las empresas mexicanas.
De tiempo atrás la apuesta gubernamental ha sido el sector externo, pero de acuerdo con cifras oficiales a noviembre de 2014, la balanza comercial de México mostró un saldo deficitario por mil 76 millones de dólares, reflejo de que las exportaciones crecieron 2.1 por ciento con respecto al mismo mes del 2013, mientras que las importaciones aumentaron tres veces más (6.5 por ciento). De hecho, en ese mes las exportaciones petroleras cayeron 13.2 por ciento y las importaciones 22.8 por ciento, con un resultado deficitario para el país. Al comparar el desempeño de las exportaciones durante noviembre con respecto al mismo mes de años anteriores, se observa que los resultados obtenidos son los más bajos desde 2009, año en que se registraron cifras negativas.
El CIEN apunta que los incrementos en los costos de producción de las empresas se trasladan al precio final al consumidor, lo cual podría implicar una tasa de inflación más alta. En diciembre del año pasado, el Índice Nacional de Precios al Consumidor aumentó 4.1 por ciento a tasa anualizada (el Banco de México de nueva cuenta incumplió con la meta fijada), debido principalmente a los incrementos registrados en el precio de los alimentos (6.5 por ciento), sobre todo aquellos de origen animal como la carne de res (22.8), la de cerdo (16.2) y la de pollo (8.3), así como en los precios de los energéticos (que no son inflacionarios, según la Secretaría de Hacienda), especialmente el de la gasolina de alto octanaje (8.4 por ciento) y el gas doméstico LP (8.9).
Por otro lado, el centro de investigación señala que las cifras de diciembre de 2014 en materia de confianza empresarial no resultaron alentadoras
. De los tres sectores analizados, únicamente la construcción registró un índice de confianza superior al obtenido en igual mes de 2013 (1.3 puntos), en tanto que las manufacturas (-1.2) y el comercio (-1.4) presentaron un desempeño inferior, situación que resulta preocupante ya que desde octubre del año pasado los tres sectores han manifestado decrementos en sus índices de confianza
.
Ante un menor nivel de confianza, aunado a un mayor nivel inflacionario derivado de la depreciación del tipo de cambio, resultará más complicado incentivar el consumo en un mercado interno que no se encuentra en las mejores condiciones, las empresas se verán en la necesidad de realizar ajustes en sus presupuestos incluyendo la cantidad de recursos destinados a la inversión en nuevos proyectos, situación que podría dificultar la generación de nuevos empleos por parte del sector privado. Debido a lo anterior, el inicio del 2015 podría no pintar tan bien como se había esperado
.
Las rebanadas del pastel
El mundo está consternado por los asesinatos en París. La condena internacional es total, como la solidaridad con los franceses. De hecho, como lo publicó La Jornada, las principales capitales europeas se sumaron a un minuto de silencio en memoria de los asesinados, más los trágicos acontecimientos de ayer. Vamos, hasta el inquilino de Los Pinos se subió al carro. Es una salvajada, sin duda, pero como en el México tercermundista eso es el pan de todos los días, en el exterior ya ni quien se acuerde, y menos para guardar un minuto de silencio.
Twitter: @cafevega
D.R.: cfvmexico_sa@hotmail.com
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