P
ues nada, mexicanos ilustres, que para vivir mejor
el gobierno de Felipe Calderón logró, en sólo un sexenio, que México cayera nueve escalones en la tabla del índice de desarrollo humano (IDH), el menor de cuando menos los últimos 18 años, para ubicarlo en la posición número 61 de 186 posibles. Ahora que si este indicador se ajusta por razones de desigualdad, entonces el desplome es aún mayor, pues al cierre de 2012 el nivel de desarrollo mexicano se equiparó al reportado por Nicaragua y Marruecos.
De ese tamaño fue el resultado concreto de aquella promesa electoral, convertida en colorido logotipo y bonito eslogan de gobierno, con lo que en dicho sexenio el grueso de los mexicanos pasó de vivir muy mal a vivir mucho peor con el susodicho instalado en Los Pinos, y de ello da cuenta el sostenido incremento en el inventario nacional de pobres (de 45 a 60 millones en apenas seis años).
El Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) divulgó ayer su Informe sobre el desarrollo humano 2013 (el ascenso del Sur: Progreso humano en un mundo diverso, con información al cierre de 2012, que se presentó ayer en Los Pinos), en el que no deja de clasificar a México entre los países con desarrollo humano alto
, no obstante que más de la mitad de su población es oficialmente reconocida como pobre, de que 60 por ciento de sus trabajadores sobrevive en el sector informal y de que en un año (de 2011 a 2012, el que se presumió como el de la consolidación económica
) el país cayó cuatro escalones en el citado ranking de desarrollo, ergo, pasó del tradicional estancamiento al franco deterioro.
Así, de acuerdo con el PNUD, en los seis años de calderonato el índice de Desarrollo Humano en México a duras penas creció
(si así puede calificarse) a una tasa anual promedio de 0.5 por ciento en términos nominales. Al incluir el fabuloso resultado que ofreció el sexenio de Vicente Fox, entonces tal promedio fue de 0.33 por ciento, lo que se traduce en otra década perdida para el país y sus habitantes.
Cuando a finales de 1994 Carlos Salinas dejó, felizmente, la residencia oficial, México se ubicó en el escalón número 52 del IDH. Cuando al terminar el año 2000 Ernesto Zedillo hizo lo propio y se fue a trabajar con las trasnacionales, la ubicación en la tabla ya había descendido a la posición 55. Con Vicente Fox mejoró
(si en realidad se le puede calificar de esa manera), pues al concluir su mandato se ubicó en el escalón número 53 (prácticamente tres sexenios de estancamiento), pero llegó el de para vivir mejor
y arrasó: México, lugar número 61 en desarrollo humano, ocho posiciones por debajo de la registrada en 2006.
Lo mejor de todo esto es que a lo largo de todo ese tiempo, el gobierno federal no ha dejado de repetir que México va por el rumbo correcto
, que la economía nacional es un navío de gran calado
, que tenemos los mejores indicadores de la historia
, que las crisis nos pelan los dientes, que la política económica neoliberal es una maravilla, y que, en fin, en discursos nunca se ahorra. La muestra concreta es que de 1990 a la fecha la tasa anual promedio de avance
en el IDH ha sido de 0.8 por ciento en términos nominales. Así, en el ámbito latinoamericano, Argentina, Cuba y Chile superan a México, y por mucho.
De cualquier suerte, el informe del PNUD no se amilana, y asegura que entre 1990 y 2012, prácticamente todos los países mejoraron su estado de desarrollo humano. De 132 países de los que se dispone series de datos completos, sólo dos registraron en 2012 un IDH inferior al de 1990. El progreso fue particularmente rápido en más de 40 países del Sur, cuyas mejoras del IDH fueron notablemente superiores a las previstas para países que tenían un IDH similar en 1990. Esto incluye una gran variedad de países como Ghana, Ruanda y Uganda en el África Subsahariana; Bangladés e India en Asia meridional; Túnez, en los Estados Árabes; China, la República Democrática Popular Lao y Vietnam en Asia Oriental y el Pacífico, Brasil, Chile y México en América Latina y el Caribe
. Sin embargo, tal mejoría
no pasa de 0.8 por ciento.
El informe del PNUD se presentó ayer en la residencia oficial de Los Pinos, y a la hora de tomar el micrófono el presidente Enrique Peña Nieto destacó el ascenso de países en desarrollo, como Brasil, China, India, Sudáfrica, Turquía y, por supuesto, México. Son naciones emergentes que hoy están transformando su realidad con políticas sociales activas, que mejoran las condiciones de vida de los grupos más vulnerables. En el caso del país, este proceso de transformación se está traduciendo en un paulatino y firme mejoramiento de los indicadores de desarrollo humano
.
Todo indica que nadie de su equipo se tomó la molestia de leer el informe y/o comentarle al oído que México lejos de ascender
en 2012 registró una caída de cuatro escalones, y que –como se apunta líneas arriba– en los últimos 18 años perdió nueve posiciones, es decir, lo contrario al ascenso
, según el diccionario de la Real Academia de la Lengua.
Pero ante la falta de registro, el inquilino de Los Pinos siguió: "de cara al futuro inmediato, México está decido a consolidar los avances conseguidos y subir a la más alta clasificación; es decir, colocarnos entre los países con un índice de desarrollo humano muy alto. ¿Cómo podemos lograrlo? Convirtiendo a México en un país más incluyente, con educación de calidad para todos y más próspero; es decir, cumpliendo las grandes metas de desarrollo que como país nos hemos planteado…. El objetivo de largo plazo es crear un sistema de seguridad social universal, que significa uno de los grandes retos, o también oportunidad, que esta administración tiene por delante".
Puntualizó que estamos construyendo un piso básico de bienestar, a fin de que todos los mexicanos tengan cubiertas sus necesidades elementales. Como parte de este esfuerzo, estamos aplicando políticas sociales de nueva generación. Ejemplos de ello son: la Cruzada Nacional Contra el Hambre (que nació sin presupuesto propio), el Programa de Pensión para Adultos Mayores de 65 años (17.50 pesos por día para cada uno de ellos), y el Seguro de Vida para Jefas de Familia
(tendrán que morir para hacerlo efectivo).
En fin, lo de siempre: México entre el micrófono oficial y la cruel realidad.
Las rebanadas del pastel
Mi profundo agradecimiento a los estudiantes y maestros de UPIICSA del Instituto Politécnico Nacional por su generosa invitación, cálida recepción y amplia participación en nuestro encuentro de ayer. Un cariñoso abrazo para todos ellos.
cfvmexico_sa@hotmail.com
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